viernes, 24 de septiembre de 2010

Me toca escribir en Español ya que lo que quiero compartir hoy es un poco más personal. La semana pasada escribí algo relacionado a los desafíos que nos hacen humildes y parece que Dios me estaba preparando para entender un poco mejor los desafíos que estoy enfrentando ahora. Alguna vez se sintieron tan desanimados que no quisieron salir de la cama en la mañana? Donde buscan ayuda cuando se sienten tristes o deprimidos? Anoche adormecí con lagrimas en la almohada pero, al pensar en como podía alegrarme, el recuerdo de aquellos que amo vino a mi mente. En aquel momento de obscuridad solo el recuerdo de mi hermana me hizo sonreír. Ella es un Ángel en mi vida y sin duda mi mejor amiga. La extraño demasiado y, apesar de estar separadas en este momento, sé que los lazos que nos unen son eternos. Ella me entiende, me apoya y me ayuda como ninguna otra persona con la excepción de mi hermano mayor Jesucristo. Tengo suerte porque la tengo a ella y a mi salvador para rescatarme de mis tristezas. Para aquellos que se sienten solos y piensan que no tienen a nadie en este mundo, recuerden que Cristo sufrió por cada uno de nosotros. Debido a Su sufrimiento, Él sabe exactamente como nos sentimos cuando estamos solos, tristes y deprimidos. Nunca duden que El les dara socorro durante los momentos más obscuros de sus vidas. Anoche, sentí que apesar de mis problemas, todo estaría bien gracias a Él. Él me ama y los ama a cada uno de ustedes. Por favor, nunca se olviden de recurrir a Cristo siempre.
Este mensaje es del fondo de mi alma, Hermana Esper.

5 comentarios:

  1. Sister your posts are always amazing. I can relate to them and they bring great joy to me. I know the gospel is true and everything, but a reminder of our Savior always helps bring that comfort again.

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  2. Me encanta! Muy bien escrito hermana. Siempre tendremos a nuestro hermano mayor y a nuestro padre celestial para apoyarnos y guiarnos. Y gracias a nuestro padre celestial las familias son eternas!
    Te amo.

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  3. Gracias, Hermana. Me encanta este escrito mucho!

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  4. Me encanto tu post me hizo recordar lo tiempo de mi mision todo el proceso que lleva la conversion en la vida misional y en la obra y lo que uno tiene que dar de si como esta pequeña historia que encontre para vos:
    El dueño de la joyería estaba tras el mostrador mirando distraídamente la calle. La puerta se abrió y entró en la tienda una niñita que se acercó y apretó su cara contra el vidrio de la vitrina donde estaban expuestas diversas joyas y collares. Sus ojos brillaron al ver un determinado objeto.
    - “¿Me puede enseñar el collar azul, por favor?”, le preguntó al joyero.
    - “¿El collar de turquesas?”, dijo éste.
    - “Sí, señor, ese mismo. Es para mi hermana. ¿Me podría hacer un paquete bien bonito?”
    - “¿Cuánto dinero tienes, niña?”, le preguntó el hombre.
    Sin dudarlo ella sacó del bolsillo de su ropa, un pañuelo todo atadito y fue deshaciendo los nudos. Colocó el contenido de monedas encima del mostrador y dijo feliz:
    - “¿Verdad que es bastante? Son todos mis ahorros. Quiero hacer un regalo muy especial a mi hermana porque desde que mi madre murió ella cuida de mí y de mis hermanos y nunca se queja. Este collar tiene el color de sus ojos.”
    El joyero cogió el collar delicadamente, lo puso en una cajita y lo envolvió con gusto haciendo un hermoso lazo para acabar su paquete.
    - “Toma niña. Llévalo con cuidado y que tu hermana sea muy feliz.”
    La niña se fue contenta, saltando calle abajo. Aún no había acabado el día cuando una linda jovencita de cabellos rizados y unos bonitos ojos azules, entró en la tienda . Colocó sobre el mostrador la caja con el collar de turquesas y preguntó:
    - “¿Este collar fue comprado aquí?”
    - “Sí, señorita.”
    - “¿Me puede decir cuánto costó?”
    - “Ah, señorita”, repuso el joyero, “el precio de cualquier producto de mi tienda es un tema confidencial entre vendedor y cliente.”
    - “Pero señor”, continuó la joven, “mi hermana no tenía dinero para comprar este collar. Porque este collar es verdadero ¿verdad?”
    El hombre tomó el estuche y lo envolvió de nuevo, con sumo cuidado, devolviéndolo a la joven:
    - “Señorita”, dijo, “su hermanita pagó por el collar el precio más alto que cualquier persona puede pagar: dio todo lo que tenía.”
    El silencio llenó la pequeña tienda y dos lágrimas rodaron por la cara emocionada de la joven, a la vez que una sonrisa iluminaba su rostro. Dando las gracias, sus manos tomaron el paquete con el collar por el que su hermana había dado todo lo que tenía.

    Yael siempre debemos de dar un precio mas alto por el Salvador dime que estas dipuesta tu a pagar por el como en esta historia.

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